El pasado día 2 de Abril, el Pleno del Ayuntamiento de Alegría-Dulantzi, aprobó por mayoría de todos los grupos de la oposición la dimisión del Alcalde y responsable de Urbanismo y remitir un expediente a la Fiscalía por si pudiera ser constitutivo de delito. Esto es fruto de la desastrosa gestión que está realizando el Alcalde y concejal de urbanismo desde que ocupó la alcaldía de este municipio.
Ya en su etapa anterior nos dejó una herencia penosa y nos referimos a los primeros años de los ochenta cuyo paso nos dejó un mal hacer y peor gestionar el urbanismo de este Ayuntamiento.
Este Alcalde y su gobierno municipal se empeñan en desacreditar y ensuciar el nombre de su pueblo, aprovechándose del puesto para solucionar sus cuestiones urbanísticas y las de su entorno sin importarles un comino las normas, la moral y la ética.
Este alcalde no ha sido capaz de aprender del predominio del afán de enriquecimiento, el egoísmo individualista, la inconsciencia depredadora y la euforia urbanística de los últimos años.
Para superar los graves problemas que estamos sufriendo precisamos del retorno de valores básicos, cumplimiento de normas, consistencia moral, ética, respeto al adversario, humildad política. Todo ello falla ahora en el Gobierno municipal de Alegría-Dulantzi con un gobierno enfermo.
La decencia democrática, el saneamiento institucional, y la dignificación de la política, exigen información, transparencia, fiscalización y asunción de responsabilidad.
El grupo municipal socialista en su tarea diaria de control, seguimiento y vigilancia no puede resignarse, perder la ilusión y confianza, porque hay alternativas a este desconcierto en el caso de hacer oídos sordos a este clamor de dimisión del Alcalde, aprobada por ocho votos a favor; dos en contra y una abstención.
El alcalde tiene que asumir la responsabilidad política de su malísima gestión en urbanismo y dimitir, marcharse a casa, dar por finalizado su segundo paso por la alcaldía y abandonar la política municipal para siempre; de no hacerlo, su partido el PNV debe preguntarse si algo no estarán haciendo mal cuando todos los grupos municipales representados en el Ayuntamiento a excepción de ellos le demandan que abandone el Ayuntamiento. La autocritica no va con ellos.
Alegría-Dulantzi como pueblo, ni el Ayuntamiento como institución, merecen el descredito que está suponiendo la gestión urbanística del Alcalde del PNV.
Los socialistas de Alegría-Dulantzi vamos a seguir presentando propuestas para regenerar la ética en el ámbito público.
Otro gobierno es posible y podemos conseguir que sea incomparablemente mejor.
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